jueves, 3 de febrero de 2011

Fases del duelo


Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y es que el miedo a perder es lo que te hace actuar como un idiota a veces…todo está tan normal, tan cotidiano que el primer IMPACTO no lo ves venir, y te abofetea sin piedad ante tu incredulidad, te paraliza, te desorienta, sientes como tu vida se estanca sin encontrar respuesta a tantos interrogantes y es que nunca sabes cuando puede acometer una pérdida de tales características, y tu, feliz en tu nube de una vida ideal, NIEGAS cualquier atisbo de desequilibrio en tu trapecio, puede que sea el mejor mecanismo de defensa que tienes, pero tu esperanza de que todo se arregle y regrese se esfuma con el paso de los días que corren, alejándose de tu vera.
Y florece la IRA, ganas de destruirlo todo, ganas de gritar!, ganas de borrar de la faz cualquier recodo de tu feliz pasado, de tus ilusiones rotas, de tus sueños naufragados, ¡todo! No queda ya nada por lo que luchar, las horas se empeñan en repetírtelo cada 60 minutos, y más rabia sientes, pues algo que con tanto mimo guardabas en tu pecho, ahora se revierte convirtiéndose en rojas astillas que amenazan con quebrar lo poco de ti que has conseguido salvar… y te DEPRIMES, pues tu mundo se viene abajo, caes de ese tren que te transportaba hacia la luna, aterrizando sobre la realidad, tan fría, tan cruel y tan real que ya nada tiene sentido. Pierdes la mitad de tu alma, que se empeña en llenar su vacío con más palabras y recuerdos del proyecto en el que acabas de fracasar, pues no eres nadie piensas, nadie con derecho a pretender llevar una vida aristocrática con una paga mediocre.
No ves el final de ese túnel, y es aquí cuando deseas no haber nacido para no experimentar sensaciones como esta, total, ¿qué habría cambiado del mundo si yo hubiese sido uno mas de esos proyectos avocados al fracaso?
Y solo queda una fase de este duelo… la resignación, el adiós, la ACEPTACIÓN… bueno… no me siento preparada aún para esto

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