A la ardilla le dio por abrir los ojos cuando aún era
invierno,
Los copos le salpicaban los bigotes como si quisieran tocar el
arpa con ellos,
Y le hacían cosquillas en las patas al derretirse.
La ardilla se desilusionó por su soledad,
Esperaba encontrar flores en una fulgurante primavera, polen
en el aire, rayos de sol.
Pero la ardilla abrió los ojos demasiado pronto, y allí, no
había nada.
Al hueco de su árbol volvió, a recordar simplemente lo que fue,
Cómo fue,
Y por qué fue.
Y se dijo a sí misma, “querida, algún día llegará tu
estación”
“Algún día no tendrás que luchar para salir adelante”
“Algún día llegará el calor, para quedarse”
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