Todavía, a
pesar del tiempo,
España me circula por la sangre
descubriéndome perdidos continentes en el alma.
Recuerdo Bajamar, por Santa Cruz de Tenerife,
y aquel balcón que casi se metía en el mar
y me traía oceánicos recuerdos de mi país dolido,
que se me apretaba en el pecho como un niño con frío,
o aquel pinar en el camino al Teide,
donde en una tasca de buen vino y amigos oferentes
dejamos con Armando poemas escritos con sangre en las paredes.
¡Que hermosa estaba la retama en las laderas del volcán,
vistiendo despedidas en el bailadero de las brujas!
Y cuánto sufrimiento por la lejana tierra nuestra
y el alma que regresaba a cada rato
con un descubrimiento de las viejas raíces,
las voces españolas que olían a romero
y aquellos chicharreros como Eva, Fernando, Carlos, Elfidio
y muchos otros que con ternura nos lavaban la angustia...
Ahora, digo hoy que ha pasado el tiempo,
desde esos continentes que España me descubrió en el alma,
islas de la esperanza, no sé que fuerza saco,
que sostenes de pinos hacia arriba,
que volcanes de amor entre mi gente antigua
para reconstruir primero la paz, entre las ruinas.
España me circula por la sangre
descubriéndome perdidos continentes en el alma.
Recuerdo Bajamar, por Santa Cruz de Tenerife,
y aquel balcón que casi se metía en el mar
y me traía oceánicos recuerdos de mi país dolido,
que se me apretaba en el pecho como un niño con frío,
o aquel pinar en el camino al Teide,
donde en una tasca de buen vino y amigos oferentes
dejamos con Armando poemas escritos con sangre en las paredes.
¡Que hermosa estaba la retama en las laderas del volcán,
vistiendo despedidas en el bailadero de las brujas!
Y cuánto sufrimiento por la lejana tierra nuestra
y el alma que regresaba a cada rato
con un descubrimiento de las viejas raíces,
las voces españolas que olían a romero
y aquellos chicharreros como Eva, Fernando, Carlos, Elfidio
y muchos otros que con ternura nos lavaban la angustia...
Ahora, digo hoy que ha pasado el tiempo,
desde esos continentes que España me descubrió en el alma,
islas de la esperanza, no sé que fuerza saco,
que sostenes de pinos hacia arriba,
que volcanes de amor entre mi gente antigua
para reconstruir primero la paz, entre las ruinas.
Hamlet
Lima Quintana
Enrique Llopis
Enrique Llopis
Ocurre que a veces, escuchar una sola vez una canción no es suficiente, y la pones en repeat y repeat, disfrutando, cantando, recordando (hasta incluso llegar a cansar a los de alrededor!), pero así ocurre, y más con estas canciones que te remiten a la tierra, a sus formas, y a sus sensaciones :)
Modo vicio: ON
Yo estuve con Ellos:
ResponderEliminarEn algunos años de los 70's, era el disjockey del Tívoli en Tenerife - Islas Canarias - África - España - Europa.
Prepara las actuaciones de diferentes gentes de las islas y Latinoamérica.
A veces, salíamos por las noches después de las funciones en la discoteca.
A veces con Armando y otras con Hamlet. Hamlet ... Que maravilloso universo el que me permitió escuchar de su propia voz poemas y lamentos por su patria añorada. Poemas por la vida y entrañables momentos conduciendo un Honda Civic.
Que afortunado fuí. Y que orgulloso me siento.
De ellos dós siempre recuerdo el poema a la madre, e intensamente aquella frase que no puedo recordar si fué de Hamlet o de Armando, cuando refieriendose a la madre recien fallecida, el hijo decía:
"Ahora que recien estas muriendo, Madre, estoy recién naciendo"
O algo así. No consigo acordarme exatamente, pero fué maravilloso.
Todo el dolor y todo el amor en una sola frase.
Gracias es poco.
Desde lo mas profundo de mi corazón, para Hamlet y Armando.