domingo, 14 de septiembre de 2014

A través del espejo






-Mira por el camino y dime, ¿alcanzas a ver a alguno de los dos?


-No..., a nadie - Declaró.

-¡Cómo me gustaría a mí tener tanta vista! - exclamó quejumbroso el Rey - ¡Ser capaz de ver a Nadie! ¡Y a esa distancia! ¡Vamos, como que yo, y con esta luz, ya hago bastante viendo a alguien!

[...]

-¿Te encontraste con alguien por el camino? - Continuó el Rey extendiendo la mano para que el mensajero le diera más heno.

-A nadie - Reveló el mensajero.

- Eso cuadra perfectamente - asintió el Rey - pues esta jovencita también vio a Nadie. Asi que, naturalmente, Nadie puede andar más despacio que tú.

- ¡Hago lo que puedo! - se defendió el mensajero malhumorado. - ¡Estoy seguro de que nadie anda más rápido que yo!

- Eso no puede ser - Contradijo el Rey - pues de lo contrario habría llegado aquí antes que tú. No obstante, ahora que has recobrado el aliento, puedes decirnos lo que ha pasado en la ciudad...
...?

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