He estado intentando convencerme de que abandonar a una
persona no es lo peor que se le puede hacer, puede resultar doloroso, pero no
tiene por qué ser una tragedia.
Si uno no dejase nunca a nada ni a nadie no tendría espacio
para lo nuevo, evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado…
a las antiguas opiniones de uno mismo
Cada día debería tener al menos una infidelidad esencial,
una traición necesaria, se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría
la fe en el futuro, una afirmación de que las cosas pueden ser no solo
diferentes, sino mejores.
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