miércoles, 27 de abril de 2011

10 Febrero 2007 (Recuperado)


Mujer enamorada, eres la envidia de cualquiera, tus mejillas se tiñen de pasión en cuanto le oyes nombrar, risueña y soñadora, tu mirada desprende la fuerza de un millón de estrellas, tus labios, deseando los suyos brillan como el fulgor del alba.

Sensualidad personificada, tu silueta se mece al compás de tu taconeo, con paso decidido hacia tu destino, sin vacilar, agarras la vida con fuerza y la tomas con cariño entre tu regazo.

Se dice que una mujer enamorada es la más bella de todas, y la excepción a esa regla no florece en ti, afortunada amiga de cupido, te presta sus alas para volar hasta su alborada, en donde te fundes en un beso suyo.

Yo en cambio, no soy más que resquicios de lo que fue esa luz una vez, un boceto inacabado de un caprichoso artista llamado vida, mi alma se tambalea torpemente día a día, arrastrando las cadenas que le regaló la soledad.

Mis ojos se agitan como un mar en tempestad, inundando mis manos con crestas de olas, braman por permanecer en mí y ahogarme en sus oscuras aguas.

Mujer olvidada, la belleza se perdió con los pétalos de las rosas deshojadas de mi amor, no encuentro los pedazos de mi corazón, esparcidos por cualquier esquina, sin nadie que los busque.

Bajo un cielo nublado deambulo e invito al silencio a sentarse a mi vera, soy sombra de tu ser, sombra carente de futuro y perdida en un pasado.

Abro la mano, se me escapa el tiempo entre los dedos, la vida en un suspiro exhalado, la esperanza en una lágrima que resbala y cae, haciendo aros en los charcos del suelo.

Te pierdo... y me pierdo contigo

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